viernes, 12 de diciembre de 2008

Salames


Yo quiero decir una cosa a todos los que ahora llamo salames, aunque no lo merezcan. A todos los salames que pierden su tiempo tratando de consolarme con estereotipos absurdamente falsos. Esos salames que sobornan mi atención con sus más anecdóticos prontuarios para distraerme del autocastigo. Mis queridos salames que no han desistido de mostrarme su apoyo ni ante mi muy descarado malhumor. Salames, todos, que malgastan su dinero para ayudarme y sólo logran que les tenga más cariño.

No me culpen ahora si me enamoro de todos, si les pido disculpas cada vez que me miran o si dejo de animarme a lo que una vez me animé. Y no me hagan caso ahora, que saben que sé que los tengo, cuando amenazo dejar de ser la que era o volver a ser la que fui.

A todos ustedes salames, Alcides, AleB, AleV, Bachi, Cris, Dany, Diego, Eric, EugeA, EugeH, Gaby, Jess, Lupe, Marce, Marcos, Marian, Maru, Maxi, Naty, Noe, Pabli, Paz, Tambu, Tefo, gracias, gracias, gracias una y otra vez, por llevarme la contra y creer que lo merezco.

PS: agradezco en carácter de primera instancia a los otros que me soportaron cuando no debían (Verito, JuampiA)

jueves, 4 de diciembre de 2008

Quinn, el repartidor de puertas



Ahí les va el título de mi próxima obra.

No sé aún si será un cuento de terror dolinesco o una novela esotérica tipo Paulo Coelho, pero el repartidor en cuestión ya me autorizó a relatar su historia... o al menos eso me pareció cuando a la pasada le grité, medio con aires de estar descansándolo, que su tarea mi inspiraba...