lunes, 26 de abril de 2010

Sueños

Una pelota de pelos no sirve, ni hay niñas africanas sirviendo sandwiches en living de mi abuela, ni lo que digo es coherente por mucho que lo parezca mientras me resbalo hacia un profundo sueño, ni estoy diciendo lo que creo decir cuando en realidad ya estoy durmiendo, ni voy a acordarme al despertar de todo lo que me estoy dando cuenta en este fugaz instante de lucidez en el que creo poder detener el cataclismo hacia la inconsciencia para poder razonar las ideas que velozmente caen junto a mí en el vacio del sueño confortable y ... demasiado tarde.

Nadie jamás sabrá qué pasó por mi mente justo antes de quedarme dormida, así como nunca se sabe qué piensa la gente justo antes de morir.

Sólo contamos esta vez con un testimonio para nada esclarecedor, pues es una verdad prácticamente inapelable. Desde cualquier punto de vista, para cualquier propósito, despiertos o dormidos, en las nubes del sueño o en la Tierra, es casi imposible negarlo.

Una pelota de pelos no sirve.

No hay comentarios: