lunes, 15 de octubre de 2007

Medio Vacio

Estoy aburrida. Pero aburrida en primer grado. Hace más de un mes que volví a casa de un largo viaje para hacer poco más que mirar una pantalla. Es triste que la falta de actividad devenga en pérdida total de objetivos, pero caer en este pozo por segunda vez ya es patético, sobre todo considerando que la primera no sirvió para nada. Miro hacia atrás para ver ese 2002 en el que, aún cursando el CBC, no tenía ni remota idea de qué hacer con mi vida (ni con mi año ni con mi día) y no logro darme el lujo de rescatar ni un efecto positivo. Hoy es lo mismo, otra vez, y cuando lo planteo a mis amistades llega la respuesta fácil: es cuestión de empezar. Claro. Porque es facilísimo. Uno se levanta de la cama con el olor del desayuno para despues postrarse en el sillon por el resto de la tarde, completamente convencido de que es lo único que se puede hacer, y pretenden que así de la nada, sin la intervencion divina de un factor externo, se nos prenda la lamparita de la famosa puta idea de qué es lo siguiente que vamos a hacer. Bueno, no. Por eso voy a dejar de comentarlo, ya nadie parece tener propuestas originales y tanta normalidad me tiene podrida.

PS: este artículo se termino de escribir el 1 de marzo de 2008, después de meses de alpedismo, vacaciones, cumpleaños, alcoholizaciones, intentos fallidos y recuperaciones; aburrirme de estar aburrida resultó ser, por segunda vez y por ende no sorpresivamente, la simple solución; por la torpeza!

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