Yo: - Quiero cantar
Mi conciencia: - No debés cantar, tus cuerdas vocales están muy desgastadas y el médico indicó que las cuides.
Yo: - No me importa. Carpe diem. Voy a cantar... No puedo cantar.
Mi conciencia: - Claro que no podés cantar, venís cagándote en lo que dijo el médido y en tu propio sentido común y en tus preciadas cuerdas desde hace semanas.
Yo: - Mentira, si estuve mejor. Es que el último fin de semana fumé mucho.
Mi conciencia: - Bueno, no fumes más.
Yo: - Pero me gusta fumar, no quiero dejar.
Mi conciencia: - Bueno, date el gusto, carpe diem! Pero no vas a volver a cantar.
Yo: - Ok, ni que viviera de mi canto, solo a mí me gusta oirme cantar.
Mi conciencia: - Pero sí vivís de tu voz; acaso no notaste que apenas podés hablar? Y además, no te duele la garganta todo el tiempo?
Yo: - ... Oh, all right! Dejo de fumar... No es para simepre, no? Cuando me cure puedo volver?
Mi conciencia: - Eso lo vemos después, primero que se curen las cuerdas. Y para eso, además de dejar de fumar (que bien podrías dejar para siempre) tenés que dejar de forzar la voz, dejar de gritar, dejarte de joder.
Yo: - No quiero dejar de joder, me gusta la joda.
Mi conciencia: - Bueno, salí de joda pero no hables, como dijo el médico.
Yo: - Es imposible dejar de hablar.
Mi conciencia: - Bueno, hablá pero no a los gritos.
Yo: - Es imposible no gritar cuando hay joda!
Mi conciencia: - Querés recuperar tu voz?
Yo: - Sí.
Mi conciencia: - Vas a dejar de joder?
Yo: - No.
Mi conciencia: - Vas a dejar de hablar?
Yo: - No.
Mi conciencia: - Bueno, entonces dejá de gritar, dejá de fumar y dejate de joder!
Yo: - Bueno.
Mi conciencia: - Y de cantar.
Yo: - Más vale que funcione.
PS: hoy, 1° de marzo de 2008, mi fonoaudióloga de cabecera me dejó cantar (pitocatalán!)
Mi conciencia: - No debés cantar, tus cuerdas vocales están muy desgastadas y el médico indicó que las cuides.
Yo: - No me importa. Carpe diem. Voy a cantar... No puedo cantar.
Mi conciencia: - Claro que no podés cantar, venís cagándote en lo que dijo el médido y en tu propio sentido común y en tus preciadas cuerdas desde hace semanas.
Yo: - Mentira, si estuve mejor. Es que el último fin de semana fumé mucho.
Mi conciencia: - Bueno, no fumes más.
Yo: - Pero me gusta fumar, no quiero dejar.
Mi conciencia: - Bueno, date el gusto, carpe diem! Pero no vas a volver a cantar.
Yo: - Ok, ni que viviera de mi canto, solo a mí me gusta oirme cantar.
Mi conciencia: - Pero sí vivís de tu voz; acaso no notaste que apenas podés hablar? Y además, no te duele la garganta todo el tiempo?
Yo: - ... Oh, all right! Dejo de fumar... No es para simepre, no? Cuando me cure puedo volver?
Mi conciencia: - Eso lo vemos después, primero que se curen las cuerdas. Y para eso, además de dejar de fumar (que bien podrías dejar para siempre) tenés que dejar de forzar la voz, dejar de gritar, dejarte de joder.
Yo: - No quiero dejar de joder, me gusta la joda.
Mi conciencia: - Bueno, salí de joda pero no hables, como dijo el médico.
Yo: - Es imposible dejar de hablar.
Mi conciencia: - Bueno, hablá pero no a los gritos.
Yo: - Es imposible no gritar cuando hay joda!
Mi conciencia: - Querés recuperar tu voz?
Yo: - Sí.
Mi conciencia: - Vas a dejar de joder?
Yo: - No.
Mi conciencia: - Vas a dejar de hablar?
Yo: - No.
Mi conciencia: - Bueno, entonces dejá de gritar, dejá de fumar y dejate de joder!
Yo: - Bueno.
Mi conciencia: - Y de cantar.
Yo: - Más vale que funcione.
PS: hoy, 1° de marzo de 2008, mi fonoaudióloga de cabecera me dejó cantar (pitocatalán!)
3 comentarios:
me gusta mas asi el bloggg! minimalistico :)
ponete las pilas con la garganta: NO JODA FOR YOU! (con el tono autoritario del SOUP NAZI de Seinfeld)
Long Life to the joda...
Go, German! La joda no la dejo...
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